Cuidado de vía venosa central en la unidad
de cuidados intensivos
Central venous line
care in intensive care unit
Yarintza Coromoto Hernández-Zambrano
ua.yarintzahernandez@uniandes.edu.ec
Universidad Regional Autónoma de Los Andes. UNIANDES, Ambato – Ecuador.
https://orcid.org/0000-0002-0686-3531
RESUMEN
El objetivo fue determinar
el nivel de conocimiento sobre el cuidado de vía venosa central en la unidad de
cuidados intensivos del hospital general Teófilo Dávila, ubicado en la
provincia de el Oro en el cantón Machala – Ecuador. El enfoque metodológico fue
cuantitativo, se recolectaron datos estadísticos con la finalidad de estudiar
la variable desde un contexto descriptivo de los hechos. La población estuvo
conformada por 14 profesionales de enfermería. El nivel de conocimiento es medio en los profesionales de enfermería. Con
una media de 9,36 de 20 puntos. Es considerable tener en cuenta la elección de
sitios óptimos para la inserción de un catéter venoso central es un proceso
complejo que depende de muchos factores. Prestar atención a la carga de
trabajo de las enfermeras es de suma importancia para mantener la seguridad de
los pacientes y mejorar los resultados.
Descriptores: servicio de enfermería; servicio de salud; enfermedad de la piel. (Fuente: Tesauro UNESCO).
ABSTRACT
The
objective was to determine the level of knowledge about central venous line
care in the intensive care unit of the general hospital Teófilo Dávila, located
in the province of El Oro in the canton of Machala - Ecuador. The
methodological approach was quantitative; statistical data were collected in
order to study the variable from a descriptive context of the facts. The
population consisted of 14 nursing professionals. The level of knowledge is
medium in nursing professionals. With an average of 9.36 out of 20 points. It
is important to take into account that the choice of optimal sites for the
insertion of a central venous catheter is a complex process that depends on
many factors. Paying attention to nurses' workload is of utmost importance to
maintain patient safety and improve outcomes.
Descriptors: nursing; health
services; skin diseases. (Source: UNESCO Thesaurus).
INTRODUCCIÓN
El ser humano se ha preocupado por asegurar la
continuidad de la vida y curar las afecciones que pueden provocar diferentes
microrganismos, estilos de vida o situaciones cotidianas, accidentes en base a
esta necesidad desde el inicio de los tiempos se determina la acción de cuidar
de otros o de sí mismos, lo que actualmente lo conocemos como enfermería una de
las profesiones dedicadas al cuidar, profesión con enfoque humanístico que
garantiza el cuidado (Carr et al. 2018).
El cateterismo venoso tiene una gran relevancia
clínica debido a su amplio uso que se estima sobre un 70% en personas
hospitalizadas y sus complicaciones más comunes. La práctica de enfermería debe
basarse en la evidencia disponible debido a su impacto en la atención segura del
paciente. Su aplicación no solo debe fomentarse en los profesionales, sino que
debe iniciarse en la formación en enfermería (García-Expósito et al.
2022).
El primer catéter venoso central fue colocado hace
más de cuarenta años. Desde materiales y técnicas de colocación. Aubaniac en 1952, realizo la publicación del primer trabajo
sobre catéteres y 1953, el radiólogo Stockholm dio a
conocer la técnica de Seldinger después de utilizarla
para acceder a una vía central. Una de las aportaciones muy importantes fue
realizada por, Broviac en 1973 y Hickman
en 1979 cuando descubrieron y utilizaron los primeros catéteres de silicona,
que, en la actualidad, se benefician del procedimiento de colocación de vía
venosa central, miles de pacientes que requieren tratamientos largos y
ambulatorios.
El objetivo fue determinar el nivel de conocimiento
sobre el cuidado de vía venosa central en la unidad de cuidados intensivos del
hospital general Teófilo Dávila, ubicado en la provincia de el Oro en el cantón
Machala – Ecuador.
MÉTODO
El enfoque metodológico fue
cuantitativo, se recolectaron datos estadísticos con la finalidad de estudiar
la variable desde un contexto descriptivo de los hechos. Se empleó el diseño no
experimental, corte transversal y una investigación de tipo descriptiva, debido
a que no se manipuló la variable deliberadamente, se recolectó información en
un tiempo determinado y se describieron los mismos.
La población estuvo
conformada por 14 profesionales de enfermería de la unidad de cuidados
intensivos del hospital general Teófilo Dávila de la provincia de el Oro –
Ecuador, bajo criterios de inclusión y exclusión, se trabajó con el total del
personal que labora en UCI (enfermeros/as), es decir, no se calculó la muestra.
Dentro de los criterios de inclusión tenemos:
1.
El personal de enfermería debe laborar
exclusivamente en el área de UCI.
2.
El personal de enfermería que de forma
voluntaria participe en la investigación.
3.
El personal de enfermería de ambos sexos.
Los criterios de exclusión:
1.
El personal de enfermería que no desee
colaborar con la investigación.
2.
Personal de enfermería que se encuentre de
vacaciones.
Se aplicó encuesta y cuestionario
previamente validado por juicio de experto para su respectiva corrección. Así
como prueba piloto mediante coeficiente Alfa de Cronbach con un valor de 0,85
siendo confiable para su aplicación. Dicho instrumento contiene 16 preguntas de
selección múltiple y fue ejecutado mediante Google Forms,
posterior su información fue procesada mediante Excel, obteniendo así la
tabulación de los datos que permitieron determinarán el nivel de conocimiento
sobre el cuidado de vía venosa central en el personal de enfermería del área de
UCI del Hospital General Teófilo Dávila. Aplicándose estadística descriptiva
para el procesamiento de la información recopilada.
RESULTADOS
El estudio conformado por
14 profesionales de la salud, enfermeros de la unidad de cuidados intensivos,
generó los siguientes resultados:
De
acuerdo con los resultados el 71,4% respondió erróneamente que la vía venosa
central (CVC), debe ser cambiado en 14 días sin presencia de infección. Sólo el
7,1% respondió a los 7 días. La literatura nos indica que en un CVC usado para
control de presión venosa central (PVC), control de líquidos y suministros de
fármacos requieren más vigilancia por el tiempo de duración de 1 a 3 semanas.
La
solución sobre las indicaciones para insertar un CVC en el cuestionario es
todas las anteriores por lo que ningún profesional optó por esta respuesta,
podemos observar que el 85,7% respondió para pacientes que requieren diversas
infusiones de fármacos que no pueden ser administrados por vía periférica y el
14,3% respondió para tratamientos intravenosos a largo plazo.
La
inserción de un CVC se indica para la administración de medicamentos, nutrición
parenteral, monitoreo hemodinámico, procedimientos endovenosos, dar accesos a
circuitos sanguíneos extracorpóreos, administración de medicamentos cáusticos o
mantener accesos venosos cuando el acceso periférico es inadecuado.
El
42,9% estimó que las venas yugular, femoral y subclavia son las venas más
comunes para insertar un CVC, y el 50% estimó que yugular interna, subclavia,
basílica y femoral son las más comunes.
Las
venas generalmente canalizadas son, por este orden, venas yugulares internas
derecha e izquierda, venas femorales derecha e izquierda y venas subclavias
derecha e izquierda.
El
64,3% de los profesionales de la salud (enfermeros/as), respondieron a todas
las anteriores, concluyendo que los cuidados nos permiten nos permiten la
administración de medicamentos y soluciones por vía intravenosa, monitoreo
hemodinámico tales como: presión venosa central (PVC), presión pulmonar, gasto
cardiaco, etc., por consiguiente, disminuir al máximo los casos de infecciones
por bacteriemia.
La
solución jabonosa con Clorhexidina al 2% es el antiséptico de primera opción.
Se observa que el 42,9% de los encuestados contestó correctamente, mientras que
el 21,4% respondió para alcohol al 70% y Clorhexidina al 4%.
Se
recomienda no realizar cultivos rutinarios en ausencia de signos y síntomas de
infección. Por lo que el 35,7% respondió correctamente y el 42,9% respondió
ninguna de las anteriores y un 21,4% todas las anteriores.
El
71,4% de los profesionales en enfermería contestaron todas las anteriores
siendo esta la respuesta correcta, mientras que un 21.4% respondieron a
Neumotórax y 7,1% respondieron a un mal posicionamiento. Las complicaciones más
frecuentes agudas e inmediatas tras el implante de un catéter venoso central
son: mal posicionamiento, neumotórax, embolia aérea, sepsis, hematoma,
hemorragia por herida quirúrgica, arritmia cardiaca, etc.
Podemos
evidenciar que el 50% eligió la respuesta correcta, mientras que el 42,9% ha
respondido por todas las anteriores y un 7,1% respondió enrojecimiento de la
piel, drenaje purulento. La bibliografía indica que los principales signos de
una bacteriemia son: fiebre, hipotensión, escalofríos.
Es
preferible mantener una vigilancia las primeras 3 horas para prevenir
complicaciones en la colocación de un CVC. Podemos observar que el 50% acertó
con la respuesta y un 50% respondió solo la primera hora.
El
78,6% respondió correctamente, mientras que el 14,3% respondió solo el lavado
de manos y el 7,1% mantenimiento adecuado de la vía venosa central por
enfermería.
Las
6 intervenciones básicas de bajo costo y basadas en evidencias para reducir la
tasa de infecciones del torrente sanguíneo asociadas al CVC son: 1. Lavado
adecuado de manos. 2. Uso de clorhexidina al 2% en presentación jabonosa y
alcohol. 3. Uso máximo de barreras de protección para el paciente y el personal
de salud. 4. Inserción del catéter. 5.retiro del CVC. 5. Mantenimiento y manejo
adecuado de la vía venosa por enfermería.
DISCUSIÓN
Los
sistemas de evaluación son importantes para determinar deficiencias en el
conocimiento enfermero sobre CVC por lo que pueden ayudar a corregir errores en
la práctica, y mejorar la calidad de atención y seguridad al paciente (García-Expósito
et al. 2022). Se sugiere la actualización continua sobre Catéteres
venosos centrales, indicaciones, manejo y complicaciones que mejoren la praxis
en la unidad de cuidados intensivo, con el objetivo de que los profesionales
sanitarios tengan un perfil adecuado al área de trabajo (Cerrato-Sáez, 2020).
El
uso de ultrasonido para guiar la colocación, adecuadas medidas antisépticas,
retiro de catéter de forma temprana y la vigilancia activa de signos de
complicaciones son medidas que han demostrado beneficio en el paciente
intrahospitalario portador de un CVC (García-Carranza et al. 2020).
Por
otro lado; los catéteres venosos centrales (CVC) se usan comúnmente en
pacientes en estado crítico y ofrecen varias ventajas al acceso intravenoso
periférico. Sin embargo, los CVC permanentes tienen el potencial de
provocar infecciones del torrente sanguíneo, y el riesgo aumenta con una serie
de características, como la elección del catéter, la ubicación del catéter, la
técnica de inserción y el mantenimiento del catéter. Las pautas basadas en
la evidencia han llevado a una reducción significativa en la incidencia de
infecciones del torrente sanguíneo asociadas con los CVC. La combinación
de la implementación de la guía y las tecnologías más nuevas tiene el potencial
de reducir aún más la morbilidad y la mortalidad por infecciones relacionadas
con los CVC (Bell & O'Grady, 2017).
Es
necesario tener en cuenta que las infecciones del torrente sanguíneo asociadas
a la vía venosa central pueden reducirse mediante una serie de intervenciones
que incluyen sistemas de infusión cerrados, técnicas asépticas durante la
inserción y el manejo de la vía venosa central, la extracción temprana de las
vías venosas centrales y la selección del sitio apropiado (Velásquez-Reyes et
al. 2017). En complemento, la visión de (Burke et
al. 2021), plantea que las infecciones del torrente sanguíneo asociadas a
la línea central (CLABSI) que ocurren en las unidades de cuidados intensivos se
asocian con una mayor morbilidad y mortalidad, una mayor duración de la
hospitalización y el costo de la atención asociada con el tratamiento de
CLABSI. Las pautas y el paquete de listas de verificación de los centros
para el control y la prevención de enfermedades están destinados a proporcionar
recomendaciones basadas en evidencia para la prevención de CLABSI. A pesar
de la promoción de políticas de paquete de vía central, existe una amplia
variabilidad en las tasas de cumplimiento e infección en las unidades de
cuidados intensivos.
Siendo
importante atender la visión de (Chesshyre et al.
2015), quienes advierten que, con el avance de la atención médica pediátrica,
el uso de vías venosas centrales se ha convertido en una parte fundamental del
manejo de recién nacidos y niños. Los usos incluyen la monitorización
hemodinámica y la administración de tratamientos que salvan vidas, como fluidos
intravenosos, hemoderivados, antibióticos, quimioterapia, hemodiálisis y
nutrición parenteral total (TPN). A pesar de las medidas preventivas, las
infecciones relacionadas con el catéter venoso central son comunes, con tasas
de 0,5 a 2,8/1000 días de catéter en niños y de 0,6 a 2,5/1000 días de catéter
en recién nacidos. Las infecciones de la vía central en los niños se
asocian con una mayor mortalidad, una mayor duración de la estancia en el
hospital y en la unidad de cuidados intensivos, interrupciones del tratamiento
y un aumento de las complicaciones. La prevención es primordial,
utilizando una variedad de medidas que incluyen la tunelización de dispositivos
a largo plazo, antisepsia con clorhexidina, barreras estériles máximas,
técnica aséptica sin contacto, acceso mínimo a la línea y paquetes de atención
basados en evidencia.
En
el tema infantil, (Gilbert & Cartwright, 2021), destacan que las
infecciones del torrente sanguíneo asociadas a la línea central adquiridas en
el hospital (CLABSI, por sus siglas en inglés) son la principal causa de
infecciones en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. Las bacterias
responsables de los CLABSI son propagadas por los trabajadores de la salud, los
padres y las familias y mitigadas por una atención escrupulosa a la higiene de
manos y estrategias de prevención de seguridad. Los paquetes de
mantenimiento son elementos agrupados, como la higiene de las manos, los
cambios estandarizados de apósitos y tubos, y la técnica aséptica para ingresar
a una vía central, efectivos en la prevención de CLABSI. Las enfermeras
pueden disminuir la incidencia de CLABSI utilizando paquetes de mantenimiento e
incluyendo a los padres y familias en las estrategias de prevención de
seguridad".
En
otro orden, el estudio de (Lacostena-Pérez et al.
2019), se insertaron 144 PICC (Catéter de Acceso Periférico Central), de los
cuales 94 correspondieron al grupo UCI (65,28%) y 50 (34,72%) al grupo no
UCI. La complicación más importante fue la sospecha de infección: 17,36%
(tasa de 15,2 por 1000 días de PICC). El número total de infecciones
confirmadas fue de 6,25% (5,5 por 1000 días de PICC), 1,39% (1,2 por 1000 días)
en el grupo UCI y 4,86% (4,2 por 1000 días) en el grupo no UCI. Hubo 5
bacteriemias, todas en el grupo no UCI (3 por 1000 días). El germen más
frecuente fue Staphylococcus epidermidis
(6 casos). La flebitis tuvo una incidencia del 9,03% (7,9 por 1000 días de
PICC). El PICC, resultó un dispositivo eficaz para el acceso venoso central por
la mínima incidencia de riesgos en su implantación y por sus ventajas respecto
a los clásicos catéteres venosos centrales, es una técnica de enfermería más.
Así
mismo, (Perin et al. 2016), destaca que los
paquetes de atención junto con la educación y el compromiso tanto del personal
como de las instituciones es una estrategia que puede contribuir a la
disminución de las tasas de infecciones del torrente sanguíneo asociadas a la
vía central entre pacientes adultos hospitalizados en unidades de cuidados
intensivos. En complemento, se tiene que la observación de las acciones
realizadas durante la inserción del catéter permitió identificar los factores
de riesgo asociados a la infección, y el protocolo de investigación pudo haber
contribuido para la reducción de las tasas de infección (Schwanke
et al. 2018).
Un
tema importante es tener en cuenta la gran carga de tareas requeridas para los
pacientes de la UCI, es una fuente importante de estrés que puede afectar sus
decisiones y afectar la calidad de la atención. Prestar atención a la
carga de trabajo de las enfermeras es de suma importancia para mantener la
seguridad de los pacientes y mejorar los resultados. Reducir la relación
enfermera-paciente puede no resultar necesariamente en una reducción de la
carga de trabajo; sin embargo, los estudios han informado que un aumento
en el número de pacientes asignados a una enfermera puede resultar en que la
enfermera no dedique suficiente tiempo a los pacientes (Aloush
& Alsaraireh, 2018).
Es
considerable tener en cuenta la elección de sitios óptimos para la inserción de
un catéter venoso central es un proceso complejo que depende de muchos
factores. Además, la introducción de preparaciones de gluconato de
clorhexidina debe ir acompañada de intervenciones multifacéticas que incluyan
iniciativas de mejora de la calidad para mejorar el cumplimiento de los
trabajadores de la salud. Como marcador de calidad en las unidades de
cuidados intensivos para adultos, los sectores de atención médica deben
trabajar para establecer puntos de referencia con otros sectores en todo el
mundo (Hina & McDowell, 2017).
Siendo
considerable tener en cuenta que no está claro si la limpieza de la piel
alrededor de los sitios de inserción del CVC con un antiséptico reduce la
infección del torrente sanguíneo relacionada con el catéter en comparación con
la ausencia de limpieza de la piel. La limpieza de la piel con solución de
clorhexidina puede reducir las tasas de CRBSI y la colonización del catéter en
comparación con la limpieza con povidona yodada. Estos resultados se basan
en evidencia de muy baja calidad, lo que significa que los efectos reales
pueden ser muy diferentes. Además, estos resultados pueden verse influidos
por la naturaleza de la solución antiséptica (es decir, acuosa o con base de
alcohol). Se necesitan ECA adicionales para evaluar la efectividad y la
seguridad de diferentes regímenes de antisepsia cutánea en la atención del
CVC; estos deben medir e informar resultados clínicos críticos como
sepsis, BSI relacionada con el catéter y mortalidad (Lai
et al. 2016).
CONCLUSIÓN
La
población de estudio presentó un nivel alto de conocimiento de sólo el 7,14% y
el 85,71% con conocimiento de nivel medio.
El
nivel de conocimiento es medio en los profesionales de enfermería en el área de
UCI del Hospital General Teófilo Dávila. Con una media de 9,36 de 20 puntos.
Existen
herramientas validadas que permiten medir el conocimiento y las actitudes del
profesional de enfermería sobre el uso del CVC, tanto en atención primaria como
en atención especializada.
FINANCIAMIENTO
No
monetario
CONFLICTO DE INTERÉS
No
existe conflicto de interés con personas o instituciones ligadas a la
investigación.
AGRADECIMIENTOS
A
la Universidad Regional Autónoma de Los Andes. UNIANDES, Ambato – Ecuador.
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